martes, 9 de abril de 2013

Historia de una aventura- parte 3


"Sé lo que podemos hacer. Haremos una ruta por todo Hyrule preguntando por los hogares y edificos para ver si esa chica pertenece a este reino." reflexionó Link. "De acuerdo, pero tardaremos muchos días y el tiempo corre. Tendremos que pedir ayuda a mis mensajeros reales." dijo Zelda.
Link carraspeó y puso las manos sobre los hombros de la princesa. "Hecho. Podemos hacerlo". Zelda sonrió y andando rápidamente hacia la puerta, llamaba a gritos a sus sirvientes. El héroe del tiempo se quedó solo en la sala, contemplando en el retrato de la monarca cuán bella era aquella descendiente de la familia real. Se acercó al cuadro y observó los carnosos y sonrosados labios que destacaban por su melancólica mueca. Los pómulos estaban marcados y representaban que la princesa era delgada y estirada. Su cabello caía sobre sus hombreras de metal, resaltándolas con ayuda de la luz que entraba por la ventana. Su vestido, elegante pero sencillo, cubría su piel y protagonizaba la mayoría del cuadro, porque era largo, ancho y colorido.
Link acarició el marco del cuadro y su trifuerza emitió un breve destello, señal de que estaba cerca de conseguir algo. El joven se extrañó, pues esto podía significar dos cosas: o el cuadro tenía algo en especial o esa pared escondía algo muy importante. Link frunció el ceño  y sacó la ocarina.
Volvió a oír la voz, más cercana cada vez. "Socórreme, Link".

No hay comentarios:

Publicar un comentario